El tiburón blanco, conocido también como el gran depredador de los mares, es un miembro destacado de la familia Lamnidae y se encuentra en una amplia gama de océanos en todo el mundo. Es la única especie restante del género Carcharodon y su nombre «gran» refleja su capacidad para crecer continuamente a lo largo de su vida.
Hábitat del tiburón blanco
Se puede encontrar en aguas tanto frías como tropicales, aunque prefiere las zonas poco profundas y costeras que son ricas en presas. A pesar de esto, se han registrado avistamientos en aguas más profundas, incluso a 1.875 metros.
Descripción del tiburón blanco
Las hembras tienden a ser más grandes que los machos, con una longitud promedio de 4-5.2 metros y un peso de 680-1.100 kilogramos. Sus poderosos dientes triangulares y anchos les permiten capturar y desgarrar a sus presas, y estos se reemplazan continuamente a lo largo de su vida.
Alimentación del tiburón blanco
Los jóvenes se alimentan de presas más pequeñas como calamares y tiburones de menor tamaño, mientras que los adultos se nutren de focas, leones marinos, delfines, entre otros animales marinos. Utilizan tácticas de acecho y emboscada para capturar a sus presas, gracias a su agudo sentido del olfato y su habilidad para percibir vibraciones en el agua.
Reproducción del tiburón blanco
Alcanzan la madurez sexual a una edad de entre 10 y 18 años, y su reproducción implica un apareamiento agresivo. Son ovovivíparos y las crías permanecen en el útero durante 12 meses antes de eclosionar. La especie presenta ciertos casos de canibalismo intrauterino, y las crías nacen con una longitud de más de un metro.
Interacción del tiburón blanco con los humanos
El tiburón blanco es temido por su posición en la cima de la cadena alimentaria y su historial de ataques a personas que practican actividades acuáticas como el surf y el buceo. Los esfuerzos de pesca excesiva y la caza por considerarlo una amenaza han reducido sus poblaciones en diversas regiones.