Una antigua leyenda de la cultura mexica narra cómo el dios Xólotl fue el creador del ajolote, una de las criaturas más emblemáticas en la cultura de México.
La biodiversidad en México se manifiesta de diversas maneras, pero pocos símbolos son tan distintivos como el ajolote. Este anfibio, que es exclusivo del Valle de México, ha llegado a ser un símbolo nacional que representa la capacidad de regeneración y supervivencia en un entorno que ha enfrentado desafíos climáticos durante siglos.
El ajolote, científicamente conocido como Ambystoma mexicanum, y a veces llamado «monstruo acuático», es un anfibio que forma parte de la familia de las salamandras. Lo que lo hace único es su capacidad para conservar sus características juveniles incluso en la edad adulta, un fenómeno denominado neotenia. En resumen, este diminuto ser mantiene su aleta dorsal de renacuajo a lo largo de toda su vida.
Este anfibio nativo también posee un sistema de regeneración extraordinario. Se ha observado que, además de regenerar partes de su cuerpo, el ajolote puede curar lesiones en su corazón sin dejar marcas, logrando así un órgano completamente recuperado.
Sigue leyendo: ¿Ya conoces al pez Nemo (o pez payaso)?
La leyenda de Xólotl narra que este dios, hermano de Quetzalcóatl, deseaba evitar su sacrificio a toda costa. Por esta razón, el dios del fuego y el relámpago se transformó en maíz y posteriormente en maguey para eludir ser descubierto. A pesar de sus esfuerzos, estos cambios no bastaron para pasar inadvertido, así que optó por refugiarse en el agua, momento en el cual adoptó la forma del ajolote.
Un entorno en peligro
En el pasado, los ajolotes prosperaron en gran parte de la región lacustre del Valle de México. Sin embargo, en la actualidad, la situación es radicalmente distinta: su entorno se ha reducido significativamente, limitándose únicamente a los canales de Xochimilco, y aún dentro de estos, su presencia se concentra en apenas 10 kilómetros cuadrados. Esta drástica disminución de su hábitat es el resultado de numerosas alteraciones en su ecosistema.
Este desafío se ha convertido en una grave crisis de extinción para la especie, que enfrenta cada vez más amenazas. Según la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), este anfibio está en grave peligro de desaparecer.
El ajolote y los peligros que lo acechan
Uno de los principales factores que han impactado negativamente en la preservación del ajolote son las especies invasoras. Estas son animales que inicialmente no formaban parte de este ecosistema, pero fueron introducidas por el ser humano con propósitos específicos. Un ejemplo de esto es la introducción de carpas y tilapias en este entorno con el objetivo de desarrollar proyectos acuícolas.
Otra amenaza proviene de la actividad humana, que ha resultado en una notable contaminación del agua. Además, el turismo que frecuenta esta área de la ciudad representa otra amenaza, ya que no se toman las precauciones adecuadas para proteger el hábitat de este anfibio.
Afortunadamente, hay varios proyectos dedicados a la preservación del ajolote. En esta dirección, científicos y agricultores han emprendido una acción destacada al establecer chinampas con el propósito de purificar el agua contaminada. Además, se han iniciado programas turísticos con el objetivo de recaudar fondos para proteger a esta especie nativa de los canales de Xochimilco.
Quizá te interese leer: ¿Que comen los ajolotes?
